Frases del pueblo
The Steel Wheels - Wild As We Came Here (2017)
sábado, 31 de mayo de 2008
Nos estamos olvidando de alguien
Hace 50 años que murió el "padre" de Platero, Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel en el año 1956, y parece que ninguna Institución Estatal se acuerde de ello.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas populares
-
Si no teníamos bastante con vivir casi permamentemente en "estado de obras", ahora se nos quema uno de nuestros edificios más emb...
-
Fotos de Juan Nadie Bien podría ser, dado que Chillida fundió varias de sus esculturas metálicas en los talleres de La Naval : ya ...
-
Carta de Piazzolla a Gardel Buenos Aires, año 1978 Querido Charlie: Quizás llamándote "Charlie" te acordarás del pi...
-
HISTORIA DEL TANGO Las letras De valor desigual, ya que notoriamente proceden de centenares y millares de plumas heterogéneas, la...
-
Otro tango que iba faltando incomprensiblemente en esta serie. No importa, lo arreglaremos enseguida. Arrabal amargo fue compuesto de...
4 comentarios:
Sí, es verdad, las instituciones se acuerdan de alguien cuando se acuerdan. Bueno, igual es lo que se llama "justicia poética", porque parece ser que Juan Ramón era como persona un ser bastante detestable, pero en fin, nadie es perfecto. Su poesía sí que tendía a serlo.
Detestable o aborrecible desde tu solo e intrasferible punto de vista verdad?
Pues no, resulta que no es mi punto de vista, sino el de la gente que lo conoció. Como es evidente yo no pude conocerlo, ni por edad ni por circunstancias, pero aún estoy por leer algún texto laudatorio sobre la vida del poeta. Qué casualidad que todos. o la inmensa mayoría coindidan en lo mismo, aportando datos: por lo visto era un bicho, qué le vamos a hacer. Tuvo a su esposa, la gran Zenobia Camprubí, traductora inmensa del poeta Rabindranath Tagore (la única hasta hace muy poco), completamente anulada por su superego. A sus compañeros poetas, no es que los ninguneara, sino que los puteaba siempre que podía (veáse su relación con Azorín). No le servía nada que no fuese él.
En fin, quedémonos con su poesía maravillosa, que es lo que procede, y hagámosle homenajes, naturalmente, pero dejemos estar lo demás; un ser humano es un ser humano.
Ah, no sabía de todo esto que me cuentas, si sabía que estuvo varias veces ingresado por depresiones.
Publicar un comentario