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jueves, 14 de enero de 2016

El niño toma posesión


Están convirtiendo a España en un puro chiste.

El niño toma posesión

La diputada Carolina Bescansa entró ayer en el hemiciclo con un niño a cuestas, diciendo que ella tenía toma y su Dieguito también, y sobre todo, ¡lo primero!, pidió a los fotógrafos que le pusieran el píxel al niño. Lo asombroso, según comprobé de inmediato en las webs noticiosas y comprobará hoy el lector en la inmensa mayoría de periódicos, es que le hicieron caso. Yo le habría dicho a la madre Bescansa que el niñito trajera el píxel puesto de casa, o que lo dejase en la guardería del Congreso, donde tienen algunos preciosos. O aún mejor: que no se preocupara la buena madre que el bebé no iba a tener el más mínimo interés fotográfico. Pero el periodismo transige porque casi todas las noticias, y las fotos muy especialmente, les vienen ya redactadas de fábrica. 

La diputada Bescansa utilizó a su hijo de objeto propagandístico, sin que eso tenga nada que ver con la leche que mamó el cagoncillo, sino sólo, y escuetamente, con la burda estrategia comunicativa del partido Podemos, sistemáticamente basada en lo que llamaré a partir de ahora el anecdotismo, y que consiste en la usurpación de la realidad a manos de la simpleza. Cuando miembros de ese partido acuden a ver al Rey Felipe y le regalan 'Juego de tronos' (un folletín que han visto varias veces); o acuden a ver al presidente Rajoy y le regalan 'Juan de Mairena' (un libro del que no han leído ni las tapas), se apoderan de la crónica de un modo que causa rubor. Ni el serial televisivo ni las lecciones del maestro Mairena tienen nada que ver con la circunstancia en que fueron usadas, por más que la irrisoria vanidad de los petimetres pretenda elevarlos al rango de metáforas. De igual modo, obviamente, que la obscena ceremonia láctea que organizó la diputada Bescansa nada tiene que ver con su toma de posesión como diputada. 

Yo tendría interés en hablar seriamente de esas mujeres y hombres malcriados que como dice Elisabeth Badinter lo quieren todo: el poder y la teta; la luz y el píxel. También de la liga láctea y la mami chimpancé como modelo a seguir. Del Defensor del Menor, incluso, y sus labores. Pero la diputada Bescansa no lo merece. Lo que merece, sin más, es que el presidente Patxi López, en su primera medida de calado, le aplique la famosa jurisprudencia Celia Villalobos Candy-Crush y la sancione con 500 euros de multa por no estar al caso.
ARCADI ESPADA
El Mundo, 14/01/2016

8 comentarios:

marian dijo...

Al calificar de obscena la escena de darle de mamar, Arcadi se pasa cuatro pueblos. Yo calificaría como escena obscena lo de Gómez de la Serna tomando posesión de diputado. O compararlo el Candy-Crush de Celia Villalobos, que no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Lo de los pixeles lo tienen que hacer por obligación con todos los menores, salvo que los padres digan lo contrario.

Dicho esto, me parecería más reivindicativo y más realista como reivindicación que el niño estuviese en la guardería del congreso y ella tuviera que ausentarse, salir las veces que hiciera fuera necesario, como si son 40, para darle de mamar al niño, y no utilizar al niño. Que no necesitamos gestos de este tipo que nos avisen de lo que tienen que pasar las mujeres en esas circunstancias, que ya lo sabemos de sobra.

marian dijo...

Y tanto que habla ahora Carmen Chacón. A ver qué empresario contrata a una mujer a pocos meses de dar a luz como la contrató Zp. a ella, cuando la realidad es que las echan a la calle cuando se quedan embarazas.
Que cambien las leyes y que dejen de pretender ejemplarizarnos con humo.

carlos perrotti dijo...

El comentario de Marian me redondea todo lo que no cazo. Lo que me sigue quedando claro es que Podemos, su movida, ideología, lineamientos y estilo, es un patético remedo de todo eso que con esfuerzo espero nos estemos quitando de encima.

Tiene que irle muy mal a un país para que estos tipos perduren. En otras palabras, creo que duraran algunos años pero no muchos más. Espero.

Juan Nadie dijo...

Dicho de una sola vez y por derecho, este tipo de gestos son payasadas, y lo de obsceno no lo dice Espada porque diese de mamar al niño en el Congreso, sino porque realmente es una obscenidad aprovechar la investidura para hacer publicidad barata con estas movidas populistas, y encima utilizando a un bebé.

Creo que la gente está empezando a darse cuenta de quienes son estos payasos.

marian dijo...

Lo diga por lo que lo diga Arcadi, sigo pensando lo mismo. Como tampoco me parece justo que afirme categóricamente que "Juan de Mairena" es un libro del que no han leído ni las tapas, qué sabe él de lo que leen o dejan de leer los demás.

No me parece bien que haya (hayan) utilizado al bebé, al fin y al cabo se ha tomado un privilegio (que tanto critican) que ninguna mujer se lo puede permitir, salvo que sea su propia empresa; y el fin no justifica siempre los medios, sobre todo cuando hay niños por medio.

Creo que están tan obsesionados en querer marcar tanto "las diferencias" (y que se vean) con "los otros" que no se dan cuenta de que este tipo de cosas les perjudican más que beneficiarles.

Juan Nadie dijo...

Exacto, ahí está la clave. ¿Qué favor le hacen a las mujeres que luchan por la igualdad y la dignidad? Quizá no se hayan dado cuenta de que se han metido en un charco.
E, insisto, lo del bebé no es un privilegio, es una estupidez. No es que marquen la diferencia: son payasetes, que confunden churras con merinas, o dicho de otra forma, el culo con las témporas. Claro, nacieron de la televisión y aún creen que están en un plató. Pues no, majetes, el Congreso no es un plató de televisión, es la cámara de representación de los ciudadanos, un poco de seriedad. Estáis ahí para trabajar, no para montar el circo.

Veremos muchas más cosas. Veremos, por ejemplo, cómo los señores diputados (sus señorías) de Podemos salen a la calle para manifestarse en contra de la cámara, después de que ésta haya aprobado algo que no les guste, en unión y comunión con los antisistema, de los cuales proceden. No, calla, que eso ya lo hemos visto. En fin, veremos cosas, nos vamos a divertir. El que se divierta, claro, porque yo ya estoy empezando a no querer ser español.

jose dijo...

El bebé de gafas no será uno de los que regirá nuestros destinos, verdad que no?

Juan Nadie dijo...

Espero que no, por favor.

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