Si ven la televisión últimamente (allá cada cual), estarán hartos de escucharla en un anuncio... ¿de automóviles? No sé, el caso es que la canción fue toda una sorpresa en su día.
Tommy James y Peter Lucia compusieron Crimson and Clover para el grupo Tommy James & The Shondells en 1968. Emplearon para ello algunos de los efectos conocidos entonces, como el wah-wah, y se inventaron otros: el efecto vocal que aparece hacia el final se consiguió enchufando un micrófono a un amplificador de guitarra y activando el trémolo o sucesión rápida de notas -saturando el amplificador-, para crear el característico efecto tembloroso de la canción. De la cual se han hecho desde entonces montones de versiones, desde Simon & Garfunkel hasta Prince, pasando por los que ustedes quieran.
Hoy traemos aquí unas pocas: en primer lugar la original de Tommy James & The Shondells, seguida por la potente versión de Joan Jett & The Blackhearts, la bastante cuidada de Cher y su hijo Elijah Blue Allman, la psicodélica del grupo chileno Aguaturbia (pionero de este tipo de rock en América Latina) y la muy curiosa de Dolly Parton, con su vocecilla de ratita presumida.
No se fijen en la letra: es una nadería y tiene poco que ver con el título, que, si hemos de creer a Tommy James, lo puso porque le encantaban esas dos palabras (crimson=carmesí; clover=trébol) y quería meterlas como fuese en una canción. Se salió con la suya.
Joan Jett & The Blackhearts
8 comentarios:
Años hacía.....
Y tanto...
Me suena la canción, pero nunca se le oí al simón y al garrufel.
Ni yo tampoco y la he estado buscando. Me encontré esa información por ahí.
La canción vale lo que vale el descubrimiento de una frase musical genial, pero... nada mas.
Bueno, sí, los efectos son muy buenos para la época.
Aparte de esto... qué saturación, tío!
... o hermano...
Es lo que hay. Tres acordes apenas y una idea afortunada.
Extraordinaria canción.
Bueno..., no es lo mejor que se ha hecho en el mundo, pero es una bonita canción, y para la época sorprendente.
Publicar un comentario