Cuando miré por vez primera ese horror del 11 de septiembre, esa bola de fuego, en esa explosión de horror, lo supe. Lo supe antes de que se dijera nada sobre quién lo había hecho o por qué. Reconocí a una vieja amiga. Reconocí a la religión.
Monseñor Lorenzo Albacete, arzobispo puertorriqueño,
teólogo, científico y columnista del New York Times
teólogo, científico y columnista del New York Times
6 comentarios:
La cabeza de la serpiente...
James Murphy, experto en reptiles:
Las serpientes tienen la capacidad de morder e inyectar veneno incluso después de que se les corte la cabeza y a pesar de estar muertas, porque aún les quedan ciertos movimientos reflejos. Incluso cuando les cortas la cabeza, la serpiente sigue mordiendo. Es por esto por lo que a veces se muerden a sí mismas, especialmente cuando se excitan y no se fijan en lo que están intentando morder. Ojo!
Sí, señor. Aparte con tanto tiempo reptando sobre la tierra ha logrado inyectar su veneno en tantas estructuras, instituciones y almas que...
Oye, creo que hay un pasaje de Shakespeare, en Macbeth creo, que dice algo al respecto, no?
No recuerdo, pero dado que Shakespeare, como su contemporáneo Cervantes y como tantos clásicos, lo dijo todo, seguro que hay no uno sino varios fragmentos donde habla de estas cosas.
Da escalofríos la reflexión, más viniendo de un "religioso".
Si lo sabrán los curas, que para eso estudiaron la historia de las religiones, la teología y lo que te dije. Los que quieran saberlo, claro.
Publicar un comentario