Todos ustedes conocen el "Mito de la Caverna" de Platón. Si no es así, disimulen y comiencen a leer.
Nosotros, los habitantes de este blog, que somos más chulos que un ocho, nos hemos sacado de la manga un mito "ad hoc": el "Mito de la Taberna", que para el caso es lo mismo o parecido.
En la taberna se habla de todo lo divino y lo humano y se arregla el mundo en dos patadas, de modo que, como buenos tabernícolas, hemos decidido liarnos la manta a la cabeza y echarnos al monte para hacer lo propio. Si a partir de ahora ustedes ven que el mundo no mejora, no nos culpen, nosotros le ponemos el máximo interés y declinamos cualquier responsabilidad.
Una cosa está totalmente prohibida: que abandonen este blog. Hagan el favor, hombre, tampoco cuesta tanto...
P.S.: Esta introducción está llena de tópicos. No es premeditado, es que el prologuista no da para más, qué le vamos a hacer. Si alguien conoce tópicos más originales (toma contradicción), nos lo haga saber, por favor.
12 comentarios:
Lo bueno es que se puede ir aunque no llueva.
Y de echo, se va.
Echo queda mejor con "h", ¿verdad?
Qué cruz con la ortografía, tú...
Mira que ochentero está él.
Es que en los ochenta éramos la hostia.
Y ahora somos la re... la re... lo que sea, que se me ha olvidao.
Los ochenta fueron nuestros, de unos más que de otros, claro.
¡¡¡Arranca, trata de arrancarlo Charlie, por dios, arranca!!!
En realidad uno es de los setenta, incluso de los tardosesenta, pero en fin...
Ahora no te me pongas tristón, eh, que no me entere yo, llorón.
¡Trogloditas al poder!
Por aquí llueve a cántaros, ya era hora. (Por hablar del tiempo).
Yo recuerdo los ochenta con mucho cariño...era una niña, conste....
;)
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