Sin que sirva de precedente.
Uno es irremediablemente culé y no puede resistirse en estos momentos a transcribir el artículo que acaba de publicar Emilio Pérez de Rozas en el diario deportivo Sport.
Permítannos sacar un poco de pecho, hombre, ahora que podemos.
Que no se me mosqueen los madridistas. A fin de cuentas un partido de fútbol -si obviamos todo lo que hay detrás- no es más que un juego... pero, qué juego si se hace bien.
Era el 29 de noviembre. El Barça jugaba en el estadio Sánchez Pizjuán. Nada fácil. Eto'o acababa de marcar el 0-1 y, en el descanso, Pep Guardiola mentalizó a los suyos de que aquello iba a costar. Y mucho. A los cinco minutos de reanudado el partido, no solo los defensas sevillistas, también algún que otro centrocampista, comenzó a maltratar a Messi. "Yo de ellos dejaría de pegarle", le dijo Tito Vilanova a Pep Guardiola, que solo tenía ojos para el partido en global.
Primero fue Maresca quien volteó a Messi. Nada grave. Minutos después, fue Romaric el que le pilló con una inocente tijera, pero tijera al fin. Y, más tarde, hasta Capel se atrevió a llevárselo por delante para frenar una de sus cabalgadas. Y Vilanova se giró, esta vez ya de forma más ostentosa, hacia su amigo Pep y le dijo: "Lo van a cabrear, lo están cabreando, no saben lo que están haciendo".
Y Messi cogió el balón y ¡zas! 0-2 en el minuto 78. "Lo han cabreado, te lo dije". Y cogió el balón y ¡zas! 0-3, en el 92. "Lo ves, lo ves, lo tenían que haber dejado en paz. Lo cabrearon, le pegaron, se encendió y mira lo que les ha hecho".
Cuentan que desde el hotel Monte Real al Santiago Bernabéu, en el autobús del Barça, los azulgranas iban muy, pero que muy, animados. Dicen que el discurso de Guardiola, tanto en la charla técnica como en el vestuario, fue de enorme respeto hacia el Madrid pero, también, de enorme exigencia hacia los barcelonistas: "Hay que ganar". Cuentan que Xavi y Eto'o fueron los que más pidieron camino del césped. Ya ni les cuento en el rondito típico tras el calentamiento. Allí no hubo grito que no fuese "ganar, ganar y ganar". Pero todo se transformó cuando Higuaín abrió el marcador. "Les caen cinco, ¡cinco!, los han provocado", fue la expresión del banquillo culé.
Y les cayeron más de cinco. Les cayeron seis. Y pudieron ser doce. Los barcelonistas cumplieron como buenos samaritanos. Enseñaron al que no sabe, dieron de comer al hambriento, de beber al sediento, vistieron al desnudo, asistieron al preso (al preso de Juande, de Boluda 'el del chorreo'), visitaron a un enfermo, dieron posada al caminante y hasta sepultaron a un muerto. Así de generosos son los culés. Y todo, todo, comportándose como señores, no como Pepe o Marcelo, no, como señores.
10 comentarios:
No te has podido aguantar, eh?
Ja, ja, ja... Qué bajada de humos!
Hay que decir, justo es reconocerlo, que las declaraciones post-partido, tanto de Raúl como de Casillas, fueron de auténticos señores. También hay que saber perder... y yo creo que cuesta menos cuando te dan una extraordinaria lección los profes :-)
Sí señor, hay que reconocerlo, Raúl y Casillas, unos señores.
Pero es que ante la realidad no cabe otra cosa. Ví el partido completo y los últimos veinte minutos precisamente con Jose, que, aunque el fútbol no le interesa gran cosa, estoy seguro de que también disfrutó. No era para menos.
Señoritos pa la prossssima
Gran partido del Barcelona. Pero no creo que a un club como el madrid haya que enseñarle fútbol.
Suerte mañana.
Puede que no ganen este año casi ningun titulo pero verles jugar esta temporada a sido ya un regalo tan grande para los que somos culés, que en mi caso poco importan ya los títulos. Casillas y Raul serán unos señores pero son solo dos , en el barsa quitando Etoo que es un bocazas,que le quedan cuatro partidos en el barcelona todos y cada uno de los demás han demostrado ser unos caballeros y si no mirad lo de Iniesta es una pasada. Estoy mas feliz que una lombriz , perdiz o codorniz.
¡Visca el Barça, Nando, Mandevile!
Ganarán los tres, hombre, faltaría más.
No es para darmelas de entendido, pero viendo el partido de hoy frente al Chelsea, sentencié, este partido lo resolverá el mejor futbolista del mundo.
El Paco uno de los amigos con quien estaba viéndolo exclamó:¡Messi!
Yo dije:"Pueser"
Y no me equivoqué, lo resolvió el mejor jugador de futbol del mundo:
-INIESTA-
Pues sí señor, ahora mismo Iniesta quizá sea el mejor jugador del mundo. De todas formas, el partido de ayer... Uf, casi me da un infarto. El árbitro se comió algún que otro penalti, pero eso que lo discutan los ingleses.
Es broma lo del infarto, eh? Es difícil que me altere yo por un partido de fútbol.
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