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jueves, 4 de diciembre de 2014

Una clase de historia de Enrique Pinti


    A ver quién es capaz de seguir a esta ametralladora hablante, y a ver quién es capaz de cerrar el audio antes de que termine.

Monólogo de Historia - Enrique Pinti

15 comentarios:

  1. Memorable, como seguramente será recordado en unos años su silencio actual, tan estruendoso que me ha dejado aturdido y todavía trato de captar que quiere decirnos Enrique con su silencio que lleva ya una década.

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  2. La verdad es que no lo conocía, me lo he encontrado esta mañana en el diario "El País", por lo visto está haciendo actualmente unas actuaciones en España. Es genial, por lo que veo en YouTube.

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  3. Me alegra por él. Aquí se ha llamado a silencio. Unas pocas participaciones en obras de teatro ajenas, en alguna que otra película sin demasiado vuelo, muy pocas entrevistas con periodistas independientes e infinidad de artículos firmados sobre vaguedades de actualidad para una revista dominical en los que evita marcar su posición política como ha hecho con otros gobiernos desde siempre. Raro, pero es genial Enrique, claro. Ojalá sepamos alguna vez qué le pasó.

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  4. ¿Quizá está abducido por el actual gobierno? Sería una lástima.

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  5. Y que a pesar de todo todavía conservemos la risa en la evolución que llevamos, eh.

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  6. Esta es una magnífica observación.
    Ningún animal se ríe, excepto la hiena, pero eso no es una risa, sino una mueca.
    ¿Pôr qué nos reímos los humanos?: para quitar el miedo. ¿El miedo a qué?: a todo, empezando por el miedo a nosotros mismos. Y no seguiré, porque no acabaríamos nunca.

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  7. Exacto, muy bueno. Es un mecanismo de defensa.

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  8. El miedo a la muerte, de la que los humanos somos los únicos animales conscientes, lleva a todos los demás miedos. De ahí surgieron las religiones, las ideologías políticas (otra forma de religión), etc...

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  9. No sigas... que acabaremos... llorando:)

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  10. Ea, ea... que tampoco es para tanto...!

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  11. (Flojito, eh, flojito, que tampoco hay que exagerar:)

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  12. Después de lo que anteponer, ni lo abro.

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