Ya, pero ¿cómo arreglamos esto?

    No se puede negar que tiene usted un tirón mediático impresionante, D. Pablo. También es verdad que se lo ha currado. Debería hacerles un monumento a las cadenas de televisión y a quienes pierden el tiempo viéndolas.
Pero cuénteme, hágame el favor, qué va a hacer si llega al gobierno o alcanza alguna cuota de poder un poco más modesta. Lo digo porque, en principio, nos hablaba usted de la revolución bolivariana (nos quería llevar a Venezuela - bonito país, si tuviera buenos servidores) y, poco después, nos encaminaba hacia los países nórdicos de Europa, donde debe hacer un frío... Ahora no habla usted de nada, sólo corea (y hace corear) consignas que se aprenden como mantras, y que son más antiguas que la pana, y encima nos amenaza ("tic-tac", "tic-tac") con el fin del mundo. Porque nos está amenazando a todos, no sólo a quienes gobiernan  o pueden gobernar. Nada nuevo.

¿Y la política, para cuándo? Ya, claro, eso es complicado, ¿verdad?. Joé, se parece usted a Franco, que en una ocasión le dijo a uno de sus ministros: "Usted no se meta en política".

O sea...