En 1965, el escritor argentino Jorge Luis Borges da una serie de conferencias en Buenos Aires sobre el tango. Esas charlas, recogidas en cintas de audio con una duración de cinco horas, han permanecido inéditas hasta hoy, en que la Casa del Lector y la Fundación Internacional Jorge Luis Borges han decidido editarlas. Las cintas han sido donadas a la Casa del Lector por el escritor Bernardo Atxaga.
María Kodama, viuda de Borges y responsable de la fundación que lleva el nombre del escritor, explica que en las cintas se repite la estructura borgiana de El Aleph: Parte de algo y lo va abriendo y lo lleva a otras cosas. Para Borges, el conocimiento era eso, no era algo rígido ni enclaustrado.
Borges no acostumbraba a escuchar tangos en su casa. En realidad no solía escuchar música, decía que era un "sordo musical", aunque le gustaban el jazz, el gospel, la música medieval y Brahms. De Beethoveen pensaba que hacía mucho ruido. Sin embargo, en estas conferencias, presentadas hace un par de días en Madrid por María Kodama y César Antonio Molina (director de la Casa del Lector), Borges hace gala de una gran erudición sobre muchos aspectos del tango (origen, primeras letras, evolución...), e incluso se permite tararear alguno. Por cierto, en sus charlas, Gardel no sale muy bien parado: asegura que Gardel había degenerado esa música y había convertido al tango en "sentimental y llorón".
La siguiente grabación es un fragmento de esas conferencias.
EL TANGO
¿Dónde estarán, pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavía?
¿Dónde estarán (repito) el malevaje
que fundó en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblaciones
la secta del cuchillo y del coraje?
¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?
Los busco en su leyenda, en la postrera
brasa que, a modo de una vaga rosa,
guarda algo de esa chusma valerosa
de Los Corrales y de Balvanera.
¿Qué oscuros callejones o qué yermo
del otro mundo habitará la dura
sombra de aquel que era una sombra oscura,
Muraña, ese cuchillo de Palermo?
¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
se apiaden) que en un puente de la vía,
mató a su hermano, el Ñato, que debía
más muertes que él, y así igualó los tantos?
Una mitología de puñales
lentamente se anula en el olvido;
una canción de gesta se ha perdido
entre sórdidas noticias policiales.
Hay otra brasa, otra candente rosa
de la ceniza que los guarda enteros;
ahí están los soberbios cuchilleros
y el peso de la daga silenciosa.
Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.
En la música están, en el cordaje
de la terca guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
la fiesta y la inocencia del coraje.
Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda,
en un instante que hoy emerge aislado,
sin antes ni después, contra el olvido,
y que tiene el sabor de lo perdido,
de lo perdido y lo recuperado.
En los acordes hay antiguas cosas:
el otro patio y la entrevista parra.
(Detrás de las paredes recelosas
el Sur guarda un puñal y una guitarra)
Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía,
que solo es tiempo. El tango crea un turbio
pasado irreal que de algún modo es cierto,
el recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una esquina del suburbio.
De El otro, el mismo
JORGE LUIS BORGES
El tango es una disculpa para hablar del mundo. César Antonio Molina
El Tango (1965) - Astor Piazzolla & Jorge Luis Borges, con la voz de Luis Medina Castro
Un documento excepcional, desde luego. Piazzolla, para mí, es quien mejor expresa el tango, claro que, acompañado por Borges, se puede llegar a lo más profundo del tango.
Ayer te iba a haber pasado el link, pero lo pensé con más calma y me convencí de que lo descubrirías tú solito.
ResponderEliminar¡Qué grande!
ResponderEliminarEnorme! No se me pasó de largo.
ResponderEliminarUn documento excepcional, desde luego. Piazzolla, para mí, es quien mejor expresa el tango, claro que, acompañado por Borges, se puede llegar a lo más profundo del tango.
ResponderEliminarEsa grabación pertenece a un disco que hicieron ex-profeso Astor Piazzolla y Borges en 1965, naturalmente con letras de Borges.
ResponderEliminarDos argentinos!
Pero es un problema mío. Pues me llega antes la música que las palabras.
ResponderEliminarY también aparece Evaristo Carriero y Eduardo Rovira.
ResponderEliminarBuena entrada, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, pero con estos mimbres es fácil.
ResponderEliminarEvaristo Carriego, no Carriero.
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