No está mal traído, pero estoy más de acuerdo con Jose y Gatopardo en que son otros los que juegan nuestras cartas y además nos hacen trampas, si es que nos dejan jugar.
Si por donde vais, también estoy de acuerdo con vosotros. Yo iba por el sentido que he creído entender en su frase, y es que uno puede tomar decisiones que cambian hasta el destino que parecía predestinado.
Haces bien, Finchu, aunque el destino es complicado cambiarlo hoy en día, porque no te dejan. Vaya, que estoy de acuerdo con todos, en un aspecto o en otro.
Eso sería en su época......
ResponderEliminarAhora las barajan, siempre con ventaja, otros tahúres y no precisamente de Mississippi....
ResponderEliminar... y ni siquiera nos dejan jugarlas!!
ResponderEliminarPues también es verdad, oigan.
ResponderEliminarPues yo estoy completamente de acuerdo con Arturo.
ResponderEliminarAunque también podría haber dicho: El destino es el que juega con nosotros mientras barajamos las cartas.
ResponderEliminarNo está mal traído, pero estoy más de acuerdo con Jose y Gatopardo en que son otros los que juegan nuestras cartas y además nos hacen trampas, si es que nos dejan jugar.
ResponderEliminarEsas cartas van en sobres??
ResponderEliminarA saber.
ResponderEliminarYo digo lo mismo que Sabina: Cuando me hablan del destino, cambio de conversación.
ResponderEliminarSi por donde vais, también estoy de acuerdo con vosotros. Yo iba por el sentido que he creído entender en su frase, y es que uno puede tomar decisiones que cambian hasta el destino que parecía predestinado.
ResponderEliminarHaces bien, Finchu, aunque el destino es complicado cambiarlo hoy en día, porque no te dejan. Vaya, que estoy de acuerdo con todos, en un aspecto o en otro.
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