En 1934, con este tango, Enrique Santos Discépolo le cortó un traje a medida al siglo XX. Pero lo mismo le sienta al XXI, ¿viste?
Cambalache no podía faltar en La Taberna.
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclaos con Stravinsky
van Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
se vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de las minas,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseaos.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclaos con Stravinsky
van Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
contra un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
se vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de las minas,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...
NOTA: La canción, compuesta durante la llamada Década Infame, se vio afectada por una resolución del Ministro de Educación Gustavo Martínez Zuviría, que prohibió los voseos y el lunfardo en los tangos (los políticos siempre tan inteligentes). Tal barbaridad fue derogada por Juan Domingo Perón, tras una entrevista con el propio Discépolo.
¡Vos erás un visionario Discepolo!
ResponderEliminarDe todas formas, siempre ha sido igual.
ResponderEliminarPero... ¿cómo no lo he puesto yo?
ResponderEliminarNo tengo perdón.
Tantas verdades concentradas en una canción que da hasta vértigo.
ResponderEliminarY cómo la interpreta, en este caso...Gardel.
ResponderEliminarComo diría un porteño, Carlitos cada día canta mejor.
ResponderEliminarMuy acorde la letra con la situacion actual:el que no roba no mama......o esta fuera de la ley.
ResponderEliminarY además, cada vez está más claro que todos somos iguales ante la ley..., pero unos son más iguales que otros, dónde va a parar.
ResponderEliminarCapítulo segundo.
ResponderEliminarDerechos y libertades
Artículo 14
Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Jajajajajajaja
(Mafalda)
Hoy se queja en "los papeles" el enorme violinista libanés Ara Malikian porque le acaban de denegar la nacionalidad española. Lleva 15 años viviendo y trabajando en España (Filarmónica de Madrid, concertino de la Ópera, enseñante, casi pionero de la fusión de la música clásica con el flamenco y otras músicas, extraordinario intérprete reconocido en todo el mundo...) Es casi más español que todos nosotros. Le han denegado la nacionalidad, después de esperar años. A otros se la conceden por nada. Ay, este país...!
ResponderEliminarAra Malikian
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