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martes, 5 de marzo de 2013

En La Taberna hemos cambiado de pianista

   No porque los anteriores fuesen unos mataos, sino porque seguramente recibieron ofertas que no pudieron rechazar. Allá ellos.
    Al nuevo nos lo recomendó Gatopardo, y parece que no lo hace mal. Está un poco bastante muerto, pero se aplica y anima La Taberna, ¿que no?
    Ladies and Gentlemen, con ustedes... ¡James P. Johnson!



    Ginger y Fred ya le han pillado el punto.

25 comentarios:

  1. ¡Coño! Fred se me parece a un tabernero...

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  2. Jjejee no sabía si la sincopa era cosa suya o de mi conexión a internet...
    Apunta maneras, el muchacho.

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  3. Pena que esté 'un poco bastante muerto', aunque yo creo que ni él se ha enterado y sigue ahí, dale que te pego, al piano.

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  4. Esta vez la taberna ha tenido que abrir en el infierno para poder invitar a James Price, por que no os quepa duda, todos los pianistas de Jazz están en el infierno.

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  5. Qué peligro tiene la taberna con este pianista.

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  6. Seguro que hasta se podrá fumar y todo.

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  7. Y lo que se quiera, allá cada cual.

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  8. Y cuando tocan el piano, nosotros estamos en el cielo, Finchu.

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  9. Nosotros sí, los jazzeros como Jose... a las calderas de Pedro Botero;)

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  10. ¡Vaya! pensé que no ibas a entrar al tarpo, yo que te estaba provocando...
    Es que tengo una idea muy tierna de una canción, digo tierna porque sólo tengo los cuatro primeros versos, dice:
    "Yo no la quería mucho, pero la quería bien.
    Ella a mi no me quería, por eso fue, que se fue".
    ¿Si la escribo, le pones música?

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  11. ja, ja, ja... dispara, veremos que se puede hacer.

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  12. A ver si puede seguir así:
    "Yo no la quería mucho, pero la quería bien.
    Ella a mi no me quería, por eso fue, que se fue.
    Tabaco para mi aire y vino para mi sed.
    Y para este vacío, un no sé, que yo qué sé.

    No es que necesite a nadie.
    El buey solo bien se lame.
    Las que vinieron después.
    Se fueron sin despertarme.
    Y las que nunca vinieron.
    Son un recuerdo invisible.
    El amor debe ser fácil.
    O simplemente imposible."
    Lo dejo de momento. mañana lo miraré a ver que hago, me voy a sobar que estoy muerto.

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  13. Corazón de madera

    Yo no la quería mucho, pero la quería bien.
    Ella a mi no me quería, por eso fue, que se fue.
    Tabaco para mi aire y vino para mi sed.
    Y para este vacío, un no sé, que yo qué sé.

    No es que necesite a nadie.
    El buey solo bien se lame.
    Las que vinieron después.
    Se fueron sin despertarme.
    Y las que nunca vinieron.
    Son un recuerdo invisible.
    El amor debe ser fácil.
    O simplemente imposible.

    Corazón de madera, vaso y botella.
    Para las pocas veces que pienso en ella.

    Ni voy de triste payaso.
    Ni tengo el corazón roto.
    No es “pa” cortarse las venas.
    Ni para vivir tampoco.
    Si a veces me duele el aire.
    No culpo a los sentimientos.
    Y por los bares del barrio.
    Me quito el aburrimiento.

    Corazón de madera, vaso y botella.
    Para las pocas veces que pienso en ella.

    Yo no la quería mucho, pero la quería bien.
    Ella a mi no me quería, por eso fue, que se fue.
    Corazón de madera, vaso y botella.
    Para las pocas veces que pienso en ella.

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  14. Qué, le pongo ritmo de milonga, no?

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  15. No sé, es un poco Sabinera, ha salido así, que se le va a hacer, haz lo que puedas, si te apetece.

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  16. Si tienes alguna melodía que te gusta, pero no encajan los versos octosílavos, siempre se puede hacer algo.

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  17. era broma, veré si puedo lograr algo.

    y no, no tengo ninguna melodía en cartera.

    tengo poco tiempo últimamente.

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  18. Pues anda que yo...
    Estoy tan alienado que no sé si vivo o sueño, mejor dicho, si vivo una pesadilla, no sé como me atrevo a escribir.
    ¿Pero te gusta?
    ¿Crees que puede resultar agradable cantar esta canción?

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  19. A mí sí me gusta, de modo que no os echéis para atrás, majos.

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