Benedicto XVI, Papa emérito, en su despedida de la "silla de San Pedro", refiriéndose a los problemas de su Iglesia Católica:
Hubo días de aguas turbulentas, en que el Señor parecía dormir.
Joé, don Bene, ni que fuera usted Simon & Garfunkel. Me parece correcto lo que usted dice, pero yo aún diría más: no ha habido días, sino milenios. Todos los milenios. Todos, desde que la Naturaleza se empeñó en crear ese sorprendente ser conocido como "ser humano".
Qué cachondo, hubo días, dice, como si ya se hubiese arreglado el tema.
ResponderEliminarNo puedo estar mas de acuerdo con tu reflexión.
Le tendrían que rebautizar como Poncio I o Pilatos II....
ResponderEliminarO 'soponcio' en su defecto, que es el que me va a dar a mi de la risa...
ResponderEliminarEstos tienen más morro que un negro cantando el only you.
ResponderEliminarQué frase, eh, ¿no estaremos ante una queja porque no les ha funcionado el tráfico de influencias y privilegios?, o a lo mejor es que no se acaban de dar cuenta de que son tan humanos como el resto de los mortales.
ResponderEliminarLa naturaleza se empeñó y aquí estamos(unos más que otros)...en el Monte de Piedad.
ResponderEliminarIgual le ha ha asaltado, repentina, la duda de la fe....
ResponderEliminarDesde cuando tiene culpa el Señor de lo que hagan los humanos, ¿dónde está el libre albedrío?, según dicen ellos mismos.
ResponderEliminarEl día que desaparezcan todas las religiones, se hará una fiesta en el Cielo, porque lo tienen que tener frito al pobre Dios,
ResponderEliminary eso sí que será una noticia de "EXTRA, EXTRA..."
"El día que desaparezcan todas las religiones...." Ay, eso sí que es una desiderata casi imposible, porque cuando no son religiones teocráticas, son religiones laicas, léase ideologías políticas.
ResponderEliminarNada, que no sé si tenemos remedio.
(Yo estoy seguro de que sí, pero lo voy a decir en voz baja, o sea entre paréntesis).
Yo creo que no tenemos remedio, a nivel individual sí, pero a nivel grupal no.
ResponderEliminarNi quinielas ni flautas, ya sé el nombre del próximo Papa:
ResponderEliminarObviedades VII