Sorprendentes estas declaraciones del cardenal Carlo María Martini sobre los vicios y pecados clericales.
No se sabe a ciencia cierta si hizo estas declaraciones por envidia, o después de haberse tomado un par de 'apellidos', cosa muy común en Italia.
O es tal vez que con 81 años la vida se ve de otra manera y ya no hace falta agradar a nadie?
¿Que sería de la perdiz sin la taberna.
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