Bueno, más bien va dirigida a los autoproclamados "pueblos elegidos", pero podemos leerla todos. Veamos qué dice:
"El pueblo judío al que estoy encantado de pertenecer y con cuya mentalidad tengo una profunda afinidad, para mí no tiene ninguna cualidad que no tengan otros pueblos. En lo que se refiere a mi experiencia, no son mejores que otros grupos humanos, aunque están protegidos de los peores cánceres por su falta de poder. Por otra parte, no consigo ver nada de elegido en ellos"...
"En general, encuentro doloroso que reclame usted una posición de privilegio y trate de defenderla con dos muros de orgullo, uno externo como hombre y uno interno como judío. Podríamos entendernos bastante bien si habláramos de cosas concretas".
La carta está fechada el 3 de Enero de 1954 y va dirigida a su compañero de la Universidad de Princeton, el filósofo Eric Gutkind, después de que éste le hubiera hecho llegar su libro Escoge la vida: La llamada bíblica a la rebelión.
¿Llega con retraso? No lo creo. Desgraciadamente cosas como estas hay que recordarlas continuamente.
Por aquí cerca, y en todas partes cuecen habas, tenemos un pueblo que anda presumiendo de un Rh "pata negra" que debe dar gusto verlo. Los demás, pobrecitos, no usamos de eso.
Que nadie se me mosquee, por favor. Lo que sí puede hacer es leer siempre que tenga oportunidad a gente como Einstein, a quien le preocupaba todo lo humano, no solamente la ciencia, y que trataba los asuntos con un sentido común propio del ser humano excepcional que era.
No tengo palabras... así que sólo aplaudiré las que acabo de leer.
ResponderEliminarEs que Einstein sabía lo que decía. Para mí es siempre un referente.
ResponderEliminarVenga no jodais, para llevaros así, casaros.
ResponderEliminarDe Albert os recomiendo todas sus lecturas, de lo que escriba Juan Nadie, ya lo veremos cuando pierda la vergüenza y lo publique.
Bueno Finchu, ya escribo en los blogs, ¿no?. No sé si podría escribir otra cosa, no es cuestión de vergüenza, veremos.
ResponderEliminarPor otra parte, casarme con mi hermano resultaría un poco fuerte, ¿no te parece?
Si, eso va a ser un poco fuerte, si.
ResponderEliminarPero hay una cosa que no entiendo, ¿como es posible que alguien como tú a quien tanto gusta la poesía, no tenga cosas propias?
Me entiendes ahora?
Sí, te entiendo perfectamente, pero, ¡ay!, no tengo cualidades de poeta. Me dais envidia los que sí las teneis. Creo que hay que tener una forma muy especial de ver las cosas, más intuitiva que reflexiva, sin que haya matiz peyorativo en ninguna de las dos opciones. Yo creo poseer una mente básicamente reflexiva, un poco cartesiana, si quieres.
ResponderEliminarTe haré una confesión: si puse a andar "Salvo el crepúsculo", fue además de por dar a conocer mis gustos poéticos (efectivamente me encanta la poesía) por intentar llegar a entender el alma poética.
Oye que ahora que me doy cuenta, no estoy de acuerdo ni nada de nada, de acuerdo?
ResponderEliminarVale, hombre, ya verás como al final la líamos.
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