De entre los Poetas Cantabros, o mejor dicho, de entre los poetas vinculados a Cantabria, quiero recordar hoy a Eduardo González Lanuza, Argentino de Cantabria, Ultraista Químico Poeta que junto con Borges funda revistas poéticas allá en la otra España.
El 16 de diciembre de 1962 Rafael Alberti cumple sesenta años, y en su exilio argentino escribe:
RESPUESTA AL POETA EDUARDO GONZÁLEZ LANUZA, AL CUMPLIR MIS SESENTA AÑOS
Quisiera aquí esta noche y en tercetos
al itálico modo y mano a mano,
rotos diques, murallas, parapetos,
libre la lengua sobre campo llano,
decir como a ningún santanderino
nunca le tuvo miedo un gaditano.
Este ha sido estos años mi destino:
no callar y seguir abiertamente,
entre flores y espadas, mi camino.
Asi te digo, Eduardo, claramente,
que cuando vine aquí yo no sabía
si ibas a degollar a un inocente,
si tu facón relampaguearía
un responso en honor de un adversario
o una Oda en honor de la Alegría.
No porque sea ya un sexagenario,
que alza bien alto su cabeza cana,
he de pedir incienso al incensario.
Prefiero la verdad más lisa y llana
el preciso aguijón y hasta la ofensa,
Al aire vano de la flor ufana.
No suscito ninguna recompensa.
Sólo el amor que por lo humano siento,
del odio duro y triste me compensa.
Yo nunca he sido un viento contra viento,
pero si un huracán quiere tumbarme,
resistiré mi desmoronamiento.
El que me busque siempre ha de encontrarme,
claro en la luz si viene por la vida
y también en la luz, si por matarme.
No tengo yo la culpa que me pida
el duro tiempo que tocó a mi suerte
tener el alma por un pelo asida,
ni de que cada día me despierte
centrado entre el clavel y entre la espada,
la vida en vilo al filo de la muerte.
No quisiera vivir en escapada,
no me fuera posible aunque quisiera,
yo soy un hombre de la madrugada,
comprometido con la luz primera.
Me pide el sol que cante en cada aurora,
y yo no puedo al sol decirle {{espera}}.
Y si mi canto a veces se demora
y no le ayuda a conseguir el día,
yo me siento morir en cada hora,
ciego en lo oscuro de la sombra mía,
solo y perdido, triste y desterrado
del centro de mi propia poesía.
Gracias, Eduardo, por haberme dado
réplica, sin saber tu pensamiento,
y por ser un posible degollado
de tu facón, sobre mi cuello atento.
Gracias por todo, por tu lira plena,
alta morada sin allanamiento,
y por estos tercetos en cadena,
que al muy difícil modo italiano,
con llama que consume y no da pena,
hizo a un santanderino un gaditano.
Y gracias porque en suelo ya tan mío
como tuyo se puede ser hermano
y hablar sin que la sangre llegue al río.
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Este poema nos da una idea de lo difíciles que son las negociaciones entre poetas,
sea como sea, tres años después Eduardo le edita a Rafael un poemario.
González Lanuza, Eduardo: Rafael Alberti, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas,
Colección "Clásicos Universales", Ministerio de Educación y Justicia. Subsecretaría de Cultura,
1965.
Don José Antonio Zarzalejos Nieto censuró un artículo de Don Federico Jiménez Losantos en ABC titulado "El otro Alberti"
ResponderEliminarNo es de extrañar que censuren a este personaje, es un mediocre que abusa de la provocación para llamar la atención, este desequilibrado es capaz de ser comunista en el franquismo o fascista en la democracia con tal de no pasar desapercibido, escritores mucho mejores que él, prefieren permanecer en el anonimato antes que revolcarse en el fango de esa manera tan soez.
ResponderEliminar"La indigestión laicista", articulo en el correo de francisco javier zarzalejos nieto
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