Alcachofas.
Parece lo último con que a nadie se le ocurriría hacer arte.
Pero parece que a alguien sí que se le ocurrió. Y bastante antes de que se empezara a considerar "arte conceptual" a las bolsas de basura en descomposición presentadas por alguien con el suficiente prestigio.
Se trata de la Portada del Obispo de la Catedral de Zamora. Ya hace cerca de 850 años. Y el efecto es inmejorable (la imagen ampliada le hace más justicia).
En esta buena tierra, se cultiva esta planta, con grandes propiedades diureticas, aquí les llaman "alcanciles" aunque sería mas apropiado llamarles "alcauciles" pero el pipol es el pipol, hoy he leído algo muy curioso sobre esta planta, y no he podido volver a encontrarlo, porque no recuerdo exactamente donde lo he leído, pero trataba de un efecto espectacular que se producía en las papilas gustativas al mezclar en la boca la parte carnosa de una determinada baya con limón, decía el artículo que se manifestaba un intensisimo sabor dulce y continuaba diciendo que esta baya era muy cara o dificil de encontrar pero que para experimentar un efecto similar aunque no tan intenso podía sustituirse por el corazón crudo de una alcachofa.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarya sé donde lo he leído en el numero de este mes del National Geographic
ResponderEliminar