Qué genial, y lo mismo se da en pinturas tales como el Café Nocturno, Camino con Cipreses, Luna y Estrellas, Campos de trigo y algunos autorretratos...
Vincent es tan grande que sigue haciéndonos desentrañar sus técnicas y sus obras.
Si Vincent hubiese sabido todo lo iba a dar de sí su inmensa obra (él, que no consiguió vender un cuadro en su vida, excepto uno que le vendió su hermano), habría alucinado. Van Gogh inagotable. Mi pintor favorito, ¿lo he dicho alguna vez?
Yo creo que Vincent solo pretendía captar con sus pinceladas el movimiento, guiándose por las formas y la luz de lo que pintaba, sin más, si el sol, su movimiento circular y resplandor, las hojas, las nubes, y así todo. Pero relacionar sus turbulencias mentales con las otras turbulencias no me acaba de convencer.
Sí, Marian, intentaba captar el movimiento, pero ¿porqué lo veía así?. No sé, él nos lo hizo ver así. ¿Enfermo? Ni hablar: otra visón, que la inmensa mayoría jamás alcanceremos.
Qué genial, y lo mismo se da en pinturas tales como el Café Nocturno, Camino con Cipreses, Luna y Estrellas, Campos de trigo y algunos autorretratos...
ResponderEliminarVincent es tan grande que sigue haciéndonos desentrañar sus técnicas y sus obras.
Si Vincent hubiese sabido todo lo iba a dar de sí su inmensa obra (él, que no consiguió vender un cuadro en su vida, excepto uno que le vendió su hermano), habría alucinado.
ResponderEliminarVan Gogh inagotable. Mi pintor favorito, ¿lo he dicho alguna vez?
Es que con su obra nos llega su determinación de artista. Comparto.
ResponderEliminarRegresé para volver a ver La Matemática Noche Estrellada y me encuentro que subiste a Box a un pibe que parece que tiene futuro, no?
ResponderEliminarEste sí que cada día canta y suena mejor.
Sí, parece que este muchacho tiene futuro, ¿qué no? Yo diría que todo el futuro, de ayer/hoy a... échale siglos.
ResponderEliminarYo creo que Vincent solo pretendía captar con sus pinceladas el movimiento, guiándose por las formas y la luz de lo que pintaba, sin más, si el sol, su movimiento circular y resplandor, las hojas, las nubes, y así todo. Pero relacionar sus turbulencias mentales con las otras turbulencias no me acaba de convencer.
ResponderEliminarEs verdad, alucinaría (en colores) si supiera lo que se sigue hablando de él y de su obra.
ResponderEliminarSí, Marian, intentaba captar el movimiento, pero ¿porqué lo veía así?. No sé, él nos lo hizo ver así. ¿Enfermo? Ni hablar: otra visón, que la inmensa mayoría jamás alcanceremos.
ResponderEliminarAhí está la genialidad de un artista.
ResponderEliminarUno de los encantos de la "noche estrellada", para mí, es que resulta naíf.