Frases del pueblo

The Steel Wheels - Wild As We Came Here (2017)

martes, 28 de julio de 2015

Altamira

Ocurre que uno está actualmente un tanto desganado y con los biorritmos a la baja, de modo que últimamente ha dado en "fusilar" lo que otros escriben y que él mismo hubiese querido escribir, si supiese. Ustedes disculpen.


Alcaldes de Altamira

ENTERNECE que se les llame nueva izquierda cuando sus primeros dos meses de poder los retrotrae aproximadamente al estadio magdaleniense de la evolución, cuando nos empoderábamos pintando bisontes en el techo de Altamira. Y no nos referimos ahora a lo rupestre de su indumentaria (aunque al parecer Kichi se ha comprado ya su primer traje, y no sé por qué el Ibex no ha repuntado de gozo celebrándolo), ni al escaso refinamiento de su protocolo y dicción, ni a que se muevan en bici, lo que no deja de ser un alarde tecnológico respecto de la mula; sino al hecho entrañable de que los Kichi, Colau, Carmena, Ferreiro o Ribó se empeñen en gobernar en un plano puramente simbólico, altamirano, infantil. Una cabecita real en una caja, un consistorio que abre su balcón al pueblo, unas pellas traviesas en la misa del patrón, un callejero por renombrar.

Si la derecha descuida o ignora el principio empático del genuino liderazgo, nuestro populismo zurdo sustituye directamente la gestión por el gesto, el futuro por la nostalgia, la representación por el revanchismo y -pronto- el equilibrio presupuestario por el regadío ideológico. Programa este compartido por Artur Mas, en quien el chamán enajenado se ha impuesto al tecnócrata resentido de un modo ya irreversible. Que su lista de país integre a burgueses acomplejados y a antisistema con ambición en un mismo delirio identitario no puede escandalizar a Duran: nacionalismo y populismo casan tan dulcemente como tres por ciento y concejal de CiU.

La utopía está en la naturaleza de la izquierda, y de su forcejeo con la realidad heredada y perfectible puede beneficiarse el progreso humano. Pero esta izquierda altamirana no es utópica sino ucrónica: se figura que ha llegado al poder en 1975 y que tiene que desandar el calendario hasta 1931. Cuando uno se pelea contra el paso del tiempo gana el paso del tiempo, como acredita el rostro de Meg Ryan; lo peor es que en el proceso comprometes la dignidad propia y la vergüenza ajena.

Quizá los alcaldes podemitas necesitan de aquí a fin de año calentarle la silla al candidato Iglesias, para lo cual deben mantener escrupulosamente el debate público en el terreno de la irrealidad y el sectarismo, a despecho de cualquier noción de responsabilidad institucional, que no han conocido nunca. Pero, ay, las encuestas indican ya que los mitos de la caverna están dejando de entretener a la especie, que pide bisontes de verdad y no pintados.
JORGE BUSTOS - El Mundo, 28-07-2015

lunes, 27 de julio de 2015

Progrepolleces

¿Qué sería de los columnistas en agosto sin noticias en las que hincar la pluma? Ni siquiera nos queda Nessie, reducida a la condición de bulo por los aguafiestas que idolatran la puta realidad, pero los dioses de las rotativas -por más que su reconfortante estrépito también se haya apagado para siempre- nos dan un respiro.

Vienen en nuestro socorro los municipios gobernados por los podemitas y sus tontos útiles, cuya 'nomenklatura' es ya tan castiza (de Casta) y tan frondosa como las listas de regalos nupciales en El Corte Inglés. Llevan menos de dos meses instalados en las tumbas de la virtud del poder urbano y no hay 'progrepollez' en la que no hayan incurrido. Mejorará, sin duda, en el futuro el anecdotario de sus gags, pues las tonterías, estimuladas por los cencerros de la imitación, se multiplican a la velocidad de los piojos, pero con lo que llevan hecho ya tenemos los de la canallesca (Franco y la web del Ayuntamiento de Madrid... Consignas convergentes) material de sobra con el que entretener a los lectores.

Un puñado de chistes es el mejor ungüento para aliviar la tiña de la 'progredumbre', como lo fue para el franquismo, aunque maldita la gracia que tiene la ocurrencia de borrar del callejero nombres de la cultura tan insignes como los de Dalí, D'Ors, Pla, Ramón, Mihura, Jardiel, Pemán, Cunqueiro, González-Ruano, Muñoz Seca, Maeztu, Dionisio Ridruejo, Tovar y Manuel Machado. Ahí es nada.

¿Que eran de derechas? Bueno, ¿y qué? ¡Menuda escabechina, bonito disparate! ¡Pues anda, que el de llamar a la prostitución, como ha hecho la señora Carmena en el Vaticano (Dios los cría), "nueva forma de esclavitud moderna"! ¿Moderna? ¿Pero no habíamos quedado en que ese modo de ganarse las alubias es el oficio más antiguo de la historia? Otros ejemplos grotescos... Elijan. ¿El de guillotinar el busto del abuelo de Leonor en Barcelona como si fuese el de María Antonieta en París? Señora Colau: no se trata así a los reyes ni a las leyes. El arte de la política no es el de la revancha. El de la defenestración tampoco. Ofender no es gobernar. ¿El de sugerir que la rumba catalana sea incluida por los piernas de la Unesco en el patrimonio inmaterial de la humanidad? ¿Y por qué, entonces, no solicitar lo mismo para el chotis, las sevillanas, las muñeiras, los 'zortzicos', las jotas y los pasodobles? ¡Alabada sea la tricolor! Vuelven los Coros y Danzas que tanto lustre dieron al Caudillo. La izquierda, ¿era esto?
FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ, El Mundo, 27-07-2015

viernes, 24 de julio de 2015

Porque siempre nos quedará París

Es que sigue estando ahí, en el centro del mundo, pese a quien pese.
Nos lo recuerda esta chica, no me digan que no la conocen.

Paris sera toujours Paris - Zaz (2014)


Paris sera toujours Paris

Par précaution on a beau mettre 
Des croisillons à nos fenêtres 
Passer au bleu nos devantures 
Et jusqu'aux pneus de nos voitures
Désentoiler tous nos musées
Chambouler les Champs Elysées
Emmailloter de terre battue
Toutes les beautés de nos statues
Voiler le soir les réverbères
Plonger dans le noir la ville lumière

Paris sera toujours Paris !
La plus belle ville du monde
Malgré l'obscurité profonde
Son éclat ne peut être assombri
Paris sera toujours Paris !
Plus on réduit son éclairage
Plus on voit briller son courage
Plus on voit briller son esprit
Paris sera toujours Paris !

Pour qu'à ce bruit chacun s'entraîne
On peut la nuit jouer d'la sirène
Nous contraindre à faire le zouave
En pyjama dans notre cave
On aura beau par des ukases
Nous couper l'veau et même le jazz
Nous imposer le masque à gaz
Des mots croisés à quatre cases
Nous obliger dans nos demeures
A nous coucher tous à onze heures

Paris sera toujours Paris !
La plus belle ville du monde
Et quand les restrictions abondent
Gentiment il en prend son parti
Paris sera toujours Paris !
On a beau réduire son essence
On n'réduira pas sa confiance
Sa bonne humeur et son esprit
Paris sera toujours Paris !

Bien que ma foi, depuis octobre
Les robes soient beaucoup plus sobres
Qu'il y ait moins d'fleurs et moins d'aigrettes
Que les couleurs soient plus discrètes
Bien qu'aux galas on élimine
Les chinchillas et les hermines
Que les bijoux pleins de décence
Brillent surtout par leur absence
Que la beauté soit moins voyante
Moins effrontée moins provocante...

Paris sera toujours Paris !
La plus belle ville du monde
Même quand au loin le canon gronde
Sa tenue est encore plus jolie...
Paris sera toujours Paris !
On peut limiter ses dépenses,
Sa distinction son élégance
N'en ont alors que plus de prix
Paris sera toujours Paris !

Página oficial de Zaz

domingo, 12 de julio de 2015

Adiós a un humorista afrancesado

Es que así se definía él mismo: un humorista. Aunque físicamente más bien parecía el Caballero de la Triste Figura. Descanse, Javier Krahe.

El dos de mayo
El dos de mayo

Un poco harto de que me gruñan en extranjero
y algo embriagado de patriotismo malasañero
yo, cada dos de mayo,
como además de ser la de siempre es medio francesa,
yo, cada dos de mayo,
a mi mujer le hago la guerra,
la apeo del caballo:
"largo de aquí, vete a tu tierra,
chúpate esa,
medio francesa".

"Qué Torre Eiffel, qué tarta Tatin ni qué vida en rosa,
ni qué Molière, hoy de ese Molière ni verso ni prosa,
¿no ves que es dos de mayo?
quiero oír zarzuelas y de garbanzos llenar mi mesa,
¿no ves que es dos de mayo?
si no te vas no saldrás viva".
Me mira de soslayo:
"precisamente ya me iba,
que aquí estoy presa,
chúpate esa".

De pronto dice que es además medio canadiense,
un viejo truco que a su partida le da suspense.
"Pero es que el dos de mayo
yo de mi guerra de independencia no me desvío,
pero es que el dos de mayo
sencillamente no es tu día,
yo cuando estallo estallo
contra toda la extranjería.
Cariño mío,
vete a tu frío".

"Qué policía montada, qué arces ni qué sirope,
qué Leonard Cohen budista zen, viejo verde a tope,
¿no ves que es dos de mayo?
no es día para con tus mitades montarme un trío,
¿no ves que es dos de mayo?
vete a Québec o vete a Francia."
Me suelta: "adiós, Pelayo,
quédate tú en tu fiesta rancia,
cariño mío,
me voy a Río."

Aunque las Castas y las Susanas no son dañinas
con el cocido cuanto más bueno más te atocinas,
así que el tres de mayo,
la llamo al móvil y le sugiero que vuelva a casa,
así que el tres de mayo,
como es también medio española,
me inclino cual vasallo:
"si vuelves ya, te hago la ola,
todo era en guasa,
vuélvete a casa".

Algo insegura de su victoria me mira raro
como se mira a un antiguo amante en el desamparo
y, ya que es tres de mayo,
me reconoce que sí que gruñe, que se propasa,
y ya que es tres de mayo
añade: "ayer no dormí sola"
y cosas que me callo.
"De momento ponte a la cola.
Si vuelvo a casa
verás qué guasa".

"Si vuelvo a casa..."
Cómo se pasa.

sábado, 11 de julio de 2015

¿Manolete tuvo la culpa?

Historia

Resulta pintoresco, y revelador, que sigamos dándole vueltas al asunto de la memoria histórica. Primero, porque el concepto sólo se sostiene como mediocre figura poética: la memoria y la historia van cada una por su cuenta. Segundo, porque nuestra presunta memoria colectiva (otra mediocre figura poética) o no existe, como parece demostrar el hecho de que el PP se atreva a concurrir a las elecciones convertido en "el partido del cambio" y tenga serias posibilidades de ganarlas, o es pura fantasía, como demuestran miles y miles de españoles que además de inventarse un pasado, inventan sus propios recuerdos. Tercero, porque la historia de España es la que es, está bastante bien estudiada y, aunque no resulte satisfactoria, carece de remedio. Los intentos de reescribirla incurren en una deprimente estupidez.

Es bochornoso, por supuesto, que no todos los muertos de nuestra última guerra civil hayan sido enterrados de forma digna. Y sigue causándome dentera, tiempo después (la memoria sí sirve para eso), esa frase del chico Casado sobre los "carcas de la izquierda", "todo el día con la fosa de no sé quién". Muy respetuoso, chaval. A estas alturas, cada uno de los muertos debería ser de todos nosotros. Los de las chekas, los de las plazas de toros, los de las cunetas, los del frente y los de la retaguardia, los fascistas y los comunistas: son nuestros muertos. Les rendimos homenaje, eso sí, aunque de la peor forma posible: arrojándonos sus restos unos a otros, reivindicando el odio que les mató, trasladando al pasado el penoso 'y tú más' en que se basa nuestro actual debate político.

¿En serio quieren quitarle una calle a Manolete? ¿Y a Dalí? Hombre, comprendo que no se dediquen avenidas a un psicópata asesino como Millán Astray, pero carece de sentido anular casi medio siglo de la historia de España. Francisco Franco existió y existió el franquismo, impuesto al principio por las armas y luego por asentimiento mayoritario. Nadie mató al franquismo, murió de viejo. Constituye una pérdida de tiempo el esfuerzo por inventar una España resistente a la tiranía, honesta y democrática (cosa que, en general, no fue ni durante el siglo XX ni, por desgracia, es ahora); es aún más absurdo reivindicar, como capital político contemporáneo, a alguno de los dos bandos de 1936. Eso se puede dejar a la memoria, siempre sentimental. Ahora enterremos aquello, de una vez, con todos sus muertos y todo su fanatismo. No nos hace falta. Con nuestras tonterías contemporáneas tenemos bastante.
ENRIC GONZÁLEZ

viernes, 10 de julio de 2015

¿Democracia? ¿Qué democracia?


¿Quién ganó en Grecia?

No, amigos griegos, pese a lo que se oye por todas partes y a lo que pregonan en Francia esos que aconsejan pero nunca pagan, como los Le Pen y los Mélenchon, la votación del domingo no es una "victoria de la democracia".

Primero porque la democracia, y vosotros lo sabéis mejor que nadie, es mediación, representación, delegación regulada de las voluntades y los intereses. No necesariamente un referéndum. O, si lo es, es solo excepcionalmente, cuando los representantes electos están contra las cuerdas, cuando han perdido la confianza de sus mandantes y los procedimientos normales han dejado de funcionar.

¿Acaso era este el caso? ¿El señor Tsipras estaba tan debilitado que no tuvo más remedio que descargar su responsabilidad sobre su pueblo y caer en esta democracia de excepción que es la democracia plebiscitaria? ¿Y qué ocurriría, dicho sea de paso, si cada vez que se enfrentan a una decisión que no tienen el valor de asumir, los socios de Grecia suspendieran las conversaciones y pidieran ocho días para que el pueblo zanjase la cuestión? A menudo se oye -y es cierto- que Europa es demasiado burocrática, demasiado lenta en sus decisiones, demasiado aparatosa. Lo menos que se puede decir es que si el método Tsipras, Dios no lo quiera, llegase a inspirar a un Gobierno estilo Podemos o similar, no remediaría esa deficiencia.

Supongamos que la decisión hubiese sido tan crucial, tan compleja, como para merecer semejante procedimiento de excepción. Entonces, lo adecuado habría sido una consulta que hubiera hecho justicia a tal complejidad. Una votación solemne, escrupulosa, organizada desde el respeto al pueblo y a las mínimas exigencias pedagógicas que exigía la situación.

En lugar de todo eso, lo que hemos visto ha sido un referéndum chapucero. Sin una verdadera campaña. Una pregunta opaca o incomprensible. Un llamamiento al no que no se sabía lo que significaba, pues del "no al euro" de los primeros momentos al sí del domingo por la noche, pasando por el no a unas propuestas de los acreedores que no se explicaban, cambió de sentido tres veces en ocho días. La antigua Grecia contaba con dos palabras para nombrar al pueblo. Por una parte, el demos de la democracia. Por otra, el laos de la muchedumbre -los latinos dirán de la turba- y de la demagogia plebiscitaria. Con su pueril llamamiento a transferir sobre sus conciudadanos europeos la carga de sus errores y de su reticencia a la reforma, el señor Tsipras se inclina claramente por el segundo sentido, que es la cara oscura de la política en Grecia.

Nuestra preocupación, objeta, no era tanto consultar como servirnos de la consulta para entablar un "pulso" con unos socios que habían tenido la insoportable audacia de reclamarnos progresos en lo tocante al Estado de derecho, a la justicia social y a la necesidad de meter en cintura a los armadores y al clero. Sea.

Pero, una vez más, ¿de qué democracia estamos hablando? ¿La Unión Europea no es ese espacio pacificado en el que, poco a poco, aprendimos a reemplazar precisamente la eterna lógica del pulso por la de la negociación y el compromiso? ¿No es, pese a sus inmensos defectos, ese lugar de invención democrática en el que, por primera vez desde hace siglos, intentamos resolver nuestras discrepancias mediante la escucha, el diálogo y la síntesis de puntos de vista, y no mediante la guerra política y el chantaje? ¿Y en virtud de qué perversión intelectual se puede ver un acto de "resistencia" en ese corte de mangas dirigido contra 18 países, algunos de los cuales atraviesan por situaciones no menos difíciles que Grecia pero no por ello dejaron de asumir sacrificios considerables para concederle, en 2012 por ejemplo, una quita de su deuda de 105.000 millones, pese a que ellos también tienen que rendir cuentas ante sus pueblos?

Pues este es otro misterio. Desde el domingo, todo el mundo se comporta como si el señor Tsipras fuera el último demócrata de la eurozona. Y como si hubiese tenido que afrontar a una camarilla "totalitaria" (señora Le Pen) ante la cual habría "resistido" valientemente (señor Mélenchon). Pasemos por alto su pacto de gobierno con una derecha complotista (los Griegos Independientes) cuyos dirigentes no escatiman en diatribas, unas veces contra los gais, otras contra "los budistas, los judíos y los musulmanes", acusados de no pagar impuestos. Y pasemos por alto el hecho de que, para conseguir que el Parlamento aprobase su proyecto de referéndum, no le haya importado obtener el apoyo de los neonazis (Amanecer Dorado), cuyo respaldo descalificaría a cualquier otro dirigente europeo.

¿Cómo se puede ver un acto de "resistencia" en ese corte de mangas contra 18 países?
Sus 18 homólogos no son ni menos demócratas ni menos legítimos que él. Los países de Europa central que atravesaron el infierno de los dos totalitarismos, nazi y comunista, no necesitan recibir lecciones de legitimidad de nadie, y menos de él. Y no digamos los valerosos países bálticos. Según las últimas noticias su otro amigo, el señor Putin, está estudiando la "legalidad de su independencia" y, sin embargo, no ceden al pánico ni a la tentación de convertir sus problemas en una deuda, ni a la de usarlos como pretexto para faltar a su deber de solidaridad hacia Atenas...

Todo esto no quiere decir que Europa tenga que despedirse de la patria de Pericles. Y nada sería más triste que ver a este pueblo que tan caro pagó en otro tiempo su "No" al nazismo y, más tarde, al fascismo de los Coroneles, pagar ahora por este pobre "No" que no es sino una sombra del otro, un grotesco remedo. Ojalá los dirigentes de la eurozona tengan la suficiente sangre fría para comprenderlo y para ser más griegos que los griegos. Ojalá consigan evitarles el trago de verse confrontados, si las negociaciones fracasaran, a la verdadera y trágica significación de su referéndum del domingo.
BERNARD-HENRI LÉVY
Traducción de José Luis Sánchez-Silva

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